domingo, 7 de junio de 2015

A todos los que son pan y vino para los demás, que nos dan alimento y alegría: ¡Qué bien se está con ellos!

 A todos los que dan la vida, toda la vida, por los demás. A los que, como el grano de trigo, mueren para ser pan, y como el grano de uva, mueren para ser vino. El  Espíritu de Dios está en ellos. ¡GRACIAS!
Yo conozco a muchos y a muchas, -¡quién no los conoce, se nos alegra el corazón nada más acordarnos de ellos y qué bien se está con ellos!-, en todos los sitios, en cualquier lugar, en cualquier campo de actividad, en el día a día... los padres y las madres, sin ir más lejos, haciendo cada uno lo que puede, no somos perfectos.


Y hay Uno que dió la vida, la da, la sigue dando y la dará por siempre, de manera perfecta, por amor, como se hacen estas cosas, por los demás, por cada uno que se acerque a Él. ¡Qué bien se está con Él! ¡Cómo nos conoce a cada uno!
Da la vida para devolvernos la vida, para dárnosla a nosotros, con especial ternura y dedicación a los que más lo necesitan, a los que se sienten solos y vacíos, angustiados por la falta de sentido de su vida, de sobrevivir penosamente mediante una existencia considerada como una carga, a personas malheridas, empobrecidas, humilladas, desgracias por cualquier circunstancia.
Jesús, Señor del Cielo y de la Tierra, tu rostro busco. Amándote, te encontraré; encontrándote, te amaré, -como dice el padre Ignacio Larrañaga, fundador de los Talleres de Oración y Vida (TOV)-.
Oh, qué alegría el día en que empecé a creer en Ti, Jesús, mi Salvador y Salvador del mundo. Todos estamos invitados a comulgar con Jesús y ser como Él.
Su fidelidad, incomparable es. Su misericordia, infinita es.
Ahí se explica muy bien, en la hoja del taco calendario del Sagrado Corazón, Ediciones Mensajero.


                                          Celebración del día del Corpus Christi 2015, en Albacete.